Estos
días estamos viendo una serie de actuaciones y decisiones de distintas
Administraciones del Estado que se están viendo condicionadas por la presión
ciudadana.
En
el Congreso de los diputados el pasado martes se aprobó una iniciativa
ciudadana en pro de la dación de pago y del paro de los desahucios en nuestro
país, por la presión mediática que existía fuera de la Cámara. Es cierto que son muchos los países
desarrollados que cuentan con la formula de la dación de pago de primeras
viviendas, consistente esta en que si no puedo o no quiero pagar mi casa yo le
entrego las llaves al banco y este o se queda con ella, o me ofrece un alquiler
(no social, el que el estime correcto) que yo tendré que pagar para vivir en
ella.
La
iniciativa de la plataforma Stop Desahucios, cuya representante Ada Colau se
encarga de pregonar sesgadamente en todos los medios de comunicación como dijo
alguien de esa plataforma el otro día en un conocido canal televisivo “ para tener nuestro minuto de gloria”, no dice
exactamente eso, sino que pretende que aquellos dueños de inmuebles que tengan
que afrontar una hipoteca que por el motivo X en este momento no pueden pagar,
no les sean retiradas sus viviendas, y se les conceda una dación del pago de esa
deuda no inferior a 10 años. Hecho el anterior, que seria aplicable para
cualquier tipo de vivienda con independencia de ser la residencia habitual del
propietario o una segunda vivienda, con independencia de la renta del
propietario y muchas otras características curiosas. Es decir, traducido a
idioma que entendemos todos, el que no puede pagar su casa ahora ya la pagara
cuando pueda.
Cuando
se propone soluciones alternativas, como matizar que esta dación sea aplicada a
las primeras viviendas, sea aplicada a determinados niveles de renta o a
personas sin recursos…… entonces eso no interesa y montamos otra vez la
algarada publica detrás de una pancarta y aderezada al grito “de asesinos o
tenéis manchadas las manos de sangre”.
Como
pasa con los desahucios, pasa también con la marea blanca, con los concejales y
diputados de determinados partidos que se dicen democráticos que supuestamente
“roban ”en supermercados, o también supuestamente tiran objetos en contra de
las fuerzas de seguridad del Estado, insultan a sus homónimos en las cámaras…..y
podríamos seguir con ejemplos casi hasta el año que viene.
Este
país esta descontrolado y parece que todo el mundo prefiere mirar para otro
lado. Cuando hay un problema no se soluciona por vías racionales o legales, se
sale a la calle, se pone uno detrás de la pancarta o se acampa en medio, a
poder ser delante de una sede del Partido Popular, se tiran botellas, se queman
contenedores, se le llama asesino, hijo de puta y demás al primer político que
uno se encuentra…….. y todo ello con la colaboración, siempre supuesta, de los
medios de comunicación que buscan el máximo sensacionalismo y sesgo posible. Todo
ello con la anuencia total de las Administraciones y diferentes autoridades
porque claro todo esto es libertad de expresión y hay que permitirlo.
Mientras
unos pocos “pringados” de este país, seguimos
pagamos nuestras hipotecas o alquileres, nuestros recibos, la Seguridad Social
nuestra y de nuestros empleados, el IVA, el IRPF y demás impuestos
variados…… Y seguimos perplejos los
acontecimientos sociales que se están dando. Eso si, llega un momento en el que
nosotros también nos sentimos indignados, si indignados por ser unos
gilipollas.
El
Estado de Derecho y el Estado Democrático cimenta su correcto funcionamiento en
respetar y acatar la legislación vigente con independencia de que al fulano de
turno le guste o le disguste la idea, así como en respetar y acatar los
resultados de elecciones celebradas democráticamente. No veo a un sueco
poniendo en duda el tener que pagar los impuestos o a uno británico silbando a
su himno o a un alemán uniendo las huelgas a días festivos para hacer un
“acueducto” e irnos unos días libres…..porque saben señores, serán muy raros,
pero a sus hijos les enseñan valores y ellos respetan los que les enseñaron sus
padres. Pero España es diferente, ya lo decían mis abuelos, y sigue siendo así,
somos una isla independiente en medio de un continente. Nos creemos mas listos
que nadie, y lo único que somos es mas ignorantes que ninguno, estamos al borde
del abismo y camino de dar el paso adelante que nos condenará
irremediablemente, pero sigamos con el circo, esperemos que la función no
termine mal.